El problema que hoy encontramos en las aulas no es tan simple de resolver. No se trata ya de encontrar qué tema le interesa a los estudiantes, ni tampoco necesariamente de modificar los métodos o dinámicas escolares solamente. No se trata de un problema didáctico ni técnico. La cuestión es mucho más profunda, lo que se ha diluido es el interés por aprender en la escuela.
Los estudiantes están interesados por conocer y aprender una cantidad de cosas, pero parece que ninguna de éstas coincide con las que la escuela le propone. ¿Qué proponemos desde nuestros proyectos de práctica? ¿Sentimos que "algo" se ha perdido, frente al interés por aprender?
Les comparto un libro que inicié su lectura recientemente, dejándome llevar por el título, muy de moda en estos últimos tiempos: ¿Chicos aburridos? El ´problema de la motivación en la escuela, de Cecilia Bixio, ed. HomoSapiens. 2008.
EL texto trabaja dos hipótesis: la primera sostiene que se ha diluido el interés por aprender dado que han caído las representaciones sociales acerca de la escuela y los procesos de enseñanza y aprendizaje. La segunda postula que se ha diluido el interés por aprender dado que las propuestas de las actividades escolares son poco significativas desde el punto de vista lógico, psicológico y social.
EL aburrimiento escolar va más allá, según la autora de la simple motivación, hoy es un indicador de la caída de poder instituyente de la escuela, de su desvalorización social, de la crisis por la que atraviesan los currículos escolares al intentan competir con la avasallante información que circula en la red.