martes, 20 de abril de 2010

Ser alumno hoy

“cómo se mira” hoy a la pobreza y a la violencia estructural que condiciona fuertemente a los niños y adolescentes que habitan las escuelas o bien a aquellos que están en sus bordes. ¿Es la escuela un espacio de resistencia o funcionan en su interior los mecanismos de la relegación de los estudiantes atravesados por la exclusión; o ambas cuestiones coexisten en el espacio escolar? A su vez, desde la sociedad, ¿es la escuela mirada como un lugar posible de mayor justicia para los niños y adolescentes o es una institución que perdió eficacia simbólica en los procesos de socialización y biografización? Si la escuela perdió legitimidad ¿lo ha hecho para todos los individuos y grupos? ¿No será acaso una lectura apresurada la de afirmarse en la pérdida de sentido de la escuela? En todo caso habría que repreguntarse: ¿qué sentido? ¿Para quiénes?" Carina Kaplan.

Empiezo este breve texto con estas preguntas de la investigadora argentina Carina Kaplan, que relaciones dos problemáticas sociales, la pobreza y la violencia y que en el proyecto de práctica que venimos desarrollando, se ha encontrado a casi diario. ¿Cuál es nuestra mirada sobre esta problemática? ¿Hacia dónde apuntan nuestras acciones, reflexiones, y proyectos de investigación?

¿Con qué categorías estamos leyendo estas realidades? y dónde queda nuestra idea de infancia y jóvenes?
Alguien quiere opinar ?

1 comentario:

  1. Recién encontré una joya literaria, se llama El primer hombre de Albert Camus, es un relato hermoso, autobiográfico, donde el autor hace honor a ese maestro que "le torció el destino" El señor Bernard, maestro de una escuela pobre, en un barrio pobre y con muchos alumnos pobres, alimentó la única forma de hambre que debería existir, el hambre por descubrir, les comparto un fragmento del texto:
    "Sólo la escuela proporcionaba esas alegrías a Jacques y a Pierre. E indudablemente lo
    que con tanta pasión amaban en ella era lo que no encontraban en casa, donde la pobreza y la
    ignorancia volvían la vida más dura, más desolada, como encerrada en sí misma; la miseria es una fortaleza sin puente levadizo."

    "En la clase del señor Bernard por lo menos, la escuela alimentaba en ellos un hambre más esencial todavía para el niño que para el hombre, que es el hambre de descubrir. En las otras clases les enseñaban sin duda muchas cosas, pero un poco como se ceba a un ganso. Les presentaban un alimento ya preparado rogándoles que tuvieran a bien tragarlo. En la clase del señor Germain , sentían por primera vez que existían y que eran objeto de la más alta consideración: se los juzgaba dignos de descubrir el mundo. Más aún, el maestro no se dedicaba solamente a enseñarles lo que le pagaban para que enseñara: los acogía con simplicidad en su vida personal, la vivía con ellos contándoles su infancia y la historia de otros niños que había conocido, les exponía sus propios puntos de vista, no sus ideas,.."

    Un texto que me robo un suspiro, fue el que escribió Camus, cuando recibió el Nobel: «He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido.
    Pero cuando supe la noticia pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted,sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido. »

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